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Sexología: Amor de verano

Amor de verano

No hay marco más idílico que un amor de verano sobre la arena del mar, bañado por el sol. Sin embargo, si nos encontramos en la situación de vivir un amor intenso, pero de corta duración, es de vital importancia tener las ideas claras y aclarar también las de nuestra pareja, a fin de que no se produzcan malentendidos que puedan lastimar a alguna de las partes. El amor de verano tiene una vida limitada, pero no por ello es menos bello …
Muchas películas, canciones o poemas nos hablan de relaciones fugaces que se producen durante la época estival, pero que desaparecen tan pronto como deja de quemar el sol. Son momentos vividos que suelen dejar un rastro de romanticismo o melancolía, a modo de estela,  cuya intensidad va disminuyendo con el paso del tiempo, aunque en su momento nos llenaron el corazón.

Amores de verano
FOTOGRAFÍA: (Hidden)
El sol, el mar, el tiempo de ocio, la diversión y el deseo de querer vivir el verano a tope son factores muy positivos que nos predisponen a estar muy receptivos y más “abiertos” a nuevas amistades o relaciones sentimentales que puedan aparecer en nuestras vidas. Las vacaciones de verano pueden convertirse en momentos decisivos a la hora de conocer gente nueva, pues es más que habitual que el lugar donde pasamos el verano sea el blanco de veraneantes que vienen de fuera con el mismo fin. Pero, ¿qué ocurre si nos enamoramos de alguien que está de paso por el lugar?

Puede ocurrir que, cuando conocemos a alguien que nos atrae, sepamos de antemano que por un motivo u otro, esa relación tiene fecha de caducidad pero, aun así, no deseamos renunciar a ella. Es el caso de los denominados “amores de verano”. En ese caso, ¿qué hacer para que la experiencia sea positiva?

A continuación, te damos algunas pistas para que sepas cómo afrontar este tipo de relación, sin daños colaterales.

Ante todo, sinceridad

Si deseas que la relación que vas a comenzar con alguien no trascienda demasiado, debes sincerarte con la otra persona y hacérselo saber. Del mismo modo, si tú no sabes cuál es el sentido que esa persona desea que tenga lo vuestro, estará bien que antes de lanzarte demasiado le pidas que te deje claras sus intenciones hacia ti y hacia el rumbo que llevará vuestra relación. Es fundamental que se hable con sinceridad y sin tapujos sobre este punto, para saber a qué puedes atenerte antes de crearte unas expectativas que podrían resultar erróneas.

Toma las debidas precauciones

Una vez entendidas las “condiciones”, si finalmente optáis por una relación sin compromiso por ninguna de las partes, y así lo habéis asumido, solo queda vivirla a tope. Eso sí, tomando las debidas precauciones que se deben tomar con cualquier tipo de relación íntima, pero con más motivo cuando esta relación se produce con alguien que casi no conoces y de la cual quizá no vuelvas a saber nada cuando termine el verano. Así, es fundamental que te protejas y/o protejas a la otra persona en lo relacionado, por ejemplo, a enfermedades de transmisión sexual. ¡Sí a las relaciones esporádicas, pero de forma segura!

Disfruta de cada momento

De eso se trata: de vivir con tu pareja cada momento de felicidad que te brinda el verano y, por supuesto, no te pares a pensar continuamente que esa relación será efímera. Es importante que traces una línea que establezca los límites emocionales, de manera que sepas hasta dónde tienes que llegar. Por lo demás, ahora es tiempo de tomar las cosas relajadamente, porque ya habrá tiempo para el estrés y las obligaciones…

¿Y si me enamoro en profundidad?

Éste es un lujo que no puedes permitirte en una relación de este tipo. Por eso, como te decíamos anteriormente, tienes que trazar tus propios límites a nivel emocional, de modo que evites involucrarte demasiado, llegando a enamorarte en profundidad. Plantéate las cosas sobre la base del realismo, teniendo en cuenta lo que la otra persona puede ofrecerte, porque en cuanto la relación esté descompensada comenzarán a surgir los problemas.

Recuerda que los amores de verano están para exprimirlos y saborear su jugo al cien por cien, quedándote con lo mejor de lo vivido y haciendo de ésta una grata experiencia.

La despedida

Cuando se aproxime el momento de la despedida, no se deberá hacer de ésta algo traumático. Entre otras cosas, porque al fin y al cabo, la última palabra la tenéis vosotros y en un momento dado, podéis cambiar de opinión y apostar por continuar lo que habéis iniciado.

En cualquier caso, no permitáis separaros sin un intercambio de vuestros datos de contacto más importantes (número de teléfono, etc.), por si acaso surgen melancolías de última hora y cambios de planes.

En cualquier caso, ahí habrá quedado vuestra experiencia y de ella podréis conservar siempre un bonito recuerdo. Además, ¡siempre podréis volver a reencontraros el año que viene para vivir otro verano de amor!

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